Disímiles

Llueve como si las zapatillas del portero fueran medio número más chicas y por alguna razón eso causara la lluvia. Triste como perro con dos colas que no puede caer en la frase hecha. Fríos como los sueños del sesenta por ciento de los habitantes de Letonia, los cuales no parecen ser mala gente pero, la verdad, exageran un poco con eso de la gelidez onírica. Escribe como si la pobre página en blanco le hubiera escupido el plato de ravioles.

(Con las debidas disculpas a EAG)

Quinquenio

Hace exactamente cinco años, con una parrafada de dudosa factura que comenzaba a marcar la pauta indudable de lo que vendría después, este bonito weblog hacía su debut. Hoy, cuatrocientos posts y más de cinco mil comentarios más tarde, seguimos acá y todo indica que no nos vamos a ningún lado.

La vida de Amor Entintado coincide con algunos de los mejores años de la mía propia y se me hace imposible separarlas. Escribo esto, mal o bien, con el mismo entusiasmo que aquellas primeras pavadas. Lo disfruto muchísimo y, por lo tanto, lo hago un poco (bastante) para mí. Pero lo cierto es que, más allá de ese egoísmo, el paquete termina de cerrar cuando le llega a alguien de afuera, a otro que no soy yo.

Vaya entonces un gran abrazo, imaginario pero bien real, para todos los que malgastan un rato de sus vidas en este rincón.

Herencias

De su padre heredó los ojos castaños y el gusto por el jazz. De su madre heredó el paso cansino y la forma de estornudar. Del perro heredó la desconfianza y una leve tendencia a la socialdemocracia. De un campesino polaco del siglo XIX heredó las medias y la dispepsia crónica. De estas líneas heredó la torpeza y una vida demasiado efímera.

Elemental

Las puertas y ventanas estaban cerradas por dentro. Todas las huellas encontradas pertenecían a la víctima. Las ochenta y siete puñaladas descartaban un suicidio. No había rastro del arma homicida. La lista de sospechosos era inexistente.

—González, este caso es un verdadero intríngulis —musitó el inspector Salazar, e inmediatamente estalló de placer por haber logrado usar esa palabra por primera vez en su vida. La habitación quedó cubierta de una tibia papilla rosada. El caso seguía complicándose.

Cubriendo las expectativas

Hay algo acerca de los covers (o reversiones, para los puristas del lenguaje) que resulta fascinante. Sospecho que tendrá algo que ver con el concepto que se tiene del artista, en donde la creatividad es, por su misma naturaleza, un proceso casi egoísta y cerrado. Entonces, que un músico decida interpretar la obra de un tercero se transforma en una suerte de homenaje y, a la vez, de señal de humildad; es como si implícitamente se aceptara que el otro puede ser tan bueno como uno o aún mejor. Esto vale para todos los covers pero quizás es más notorio en los casos en que el salto de estilo musical es radical: un músico folk reinterpretando una canción hardcore, por ejemplo, o un grupo de culto animándose a tocar el último hit de una flamante banda pop. Por supuesto, se excluyen aquellos casos en que el cover no es más que una burla encubierta, pero la verdad es que suelen ser bastante obvios.

No hubo un hilo conductor demasiado definido más allá del concepto "los primeros que me vinieron a la cabeza" al seleccionar los temas para nuestro nuevo Mezcladito Entintado, dedicado (como ustedes ya imaginarán) a los covers. Algunas de estas reversiones me gustan más que sus respectivos originales, otras entraron por lo radical de su reinterpetación, otras ni siquiera son consideradas como covers porque superaron ampliamente en popularidad al original, pero todas me parecen notables. De hecho, hasta se cuela por ahí la canción que, por alguna razón perdida en el tiempo, le da nombre a este mismísimo weblog. ¡Premio moral al primero que se avive!

Ojalá que este flamante rejunte les sirva como apropiada cortina musical para un plácido fin de año. Paz y amor para todos.

Temperley resiste

Temperley resiste. Moreno y Bancalari cayeron hace tiempo. Dicen que el noventa por ciento de Avellaneda está tomado. No sabemos nada de Bernal o Ezpeleta desde mediados de Abril. Los reportes que llegan desde Valentín Alsina son contradictorios. Seguimos recibiendo refugiados de la zona de Munro. Los pocos que quedan en Del Viso pasaron a la clandestinidad. La enorme mayoría ya dejó de existir. Pero a pesar de todo, y vaya uno a saber por qué, Temperley resiste.

Avisos parroquiales

El presente post debería arrancar enumerando las típicas excusas que se dan en estos casos de escasa actividad bloguera (sobreabundancia de trabajo acumulado, viajes relámpago que cansan más de lo que descansan, multiplicación de eventos relacionados con la época del año, etc.), pero ya usamos esa estrategia demasiadas veces en el pasado y debemos resistirnos a la tentación. Será cuestion de sobreponerse a tanto obstáculo y sacar tiempo (e inspiración) del bonete.

Como para no desaprovechar este espacio, vale hacer una recorrida por los sitios satelitales de Amor Entintado, algunos de los cuales tienen la suerte de estar más activos que su padre espiritual y otros, pobres, a los que les toca lucir aún más abandonados que este desolado bolichito.

  • Nos vamos acercando al centenar de fotografías publicadas en Tintografías. Pfft, como si cantidad fuera sinónimo de calidad.
  • Hablando de cosas abundantes, el cambalache de enlaces, imágenes y videos que damos en llamar Puchero de tinta ya cuenta con más de veinte (¡20!) páginas de delicioso rejunte.
  • La música del Mezcladito entintado es exactamente la misma que mencionamos hace ya un tiempo, pero lo bueno es que las canciones no vienen con fecha de vencimiento y siguen igual de frescas que el primer día. Sobran las ideas para nuevos compilados, así que en cualquier momento habrá novedades.
  • Hace largo rato que no escuchamos nada del pobre prisionero que utiliza nuestra cuenta de Twitter como vehículo de denuncia de su cruel encarcelamiento. Tememos por su vida pero no abandonamos la esperanza.

Esperemos que esta escuálida entrada sin sirva al menos como vergonzante recordatorio para el encargado de estas páginas de que necesita actualizar más seguido. Amén.

Como para que te des una idea

Sería como un tubo fluorescente que no termina de encender en el baño recién pintado del lobby de una hostería que está lejos de ser buen negocio pero cuyos dueños se resisten a dar por perdida a pesar de que alguien o algo sigue viniendo todas las noches a aullarles a las luciérnagas y comerse los postigones de madera de la planta alta con una boca de dientes chiquitos y afilados. Algo así, más o menos.

Acercamiento

A diez cuadras parece un ovillo de lana verde que rodó accidentalmente desde el sillón y quedó algo desarmado por la caída. A cien metros parece un gallo de riña, de espolones brillantes y cresta escarlata, listo para lanzarse al ataque. A veinte pasos parece el libro de recetas peruanas que le regalaste a tu mamá en el año ochenta y cuatro, abierto en la página correspondiente al ceviche de mero. Desde la puerta parece una maqueta a escala 1:500 de la Biblioteca Municipal de Bruselas. Al llegar comprobamos, con una mezcla de alivio y decepción, que era efectivamente un ovillo de lana verde que rodó accidentalmente desde el sillón y quedó algo desarmado por la caída.

A sacudir que se acaba la cosa

Porque cuando da la sensación de que todo se desmorona, por lo menos tenemos la música para tambalearnos con ritmo. Develamos hoy una edición negra del Mezcladito Entintado, rebosante de alma y sentimiento, como para negarse a dejar de mover la patita.

Y siempre recuerden que la palabra japonesa para "crisis" es la misma que para "oportunidad", así como en ucraniano "cascabel" se pronuncia igual que "forúnculo".

Terrorismo absurdo

En plena cumbre económica mundial, los intérpretes infiltrados comienzan con el plan: usan la palabra "pelota" cuando corresponde "bono", traducen "porcentaje" como "bigote", reemplazan "interés" por "helado de banana", dicen "dormir" en lugar de "devaluar". Al día siguiente, las bolsas de todo el mundo se siguen desplomando y todo el mundo es más pobre, pero por lo menos ahora se entiende mejor por qué: el Comando Subterráneo Carlitos Balá ha vuelto a atacar.

El sombrero

Me rehúso a quitármelo. Tengo planeado atravesar este páramo munido de mi ridículo bombín, esquivando a paso vivo camiones retorcidos y cadáveres humeantes, y supongo que quienes me vigilen a la distancia no tendrán problemas para seguir el zigzag de fieltro verde brillante. Pienso llevarlo tan encasquetado que el hijo de puta que al fin me alcance no tendrá otra opción que atragantarse con mil lentejuelas y una pluma antes de poder saborear la tibieza de mi cerebro.

Espero que mis futuros biógrafos no interpreten esto como un acto de rebeldía ante el horror sino más bien como un signo de la más pura vanidad. Aceptémoslo: el sombrero me queda espectacularmente bien.

Canción del momento XIX

La verdad es que, a simple vista, Joanna Newsom tiene todas las de perder. Se dedica a tocar el arpa, instrumento poco seductor si los hay. Gasta un tono de voz que oscila entre aniñado y chirriante. Sus canciones no suelen bajar de los nueve minutos de duración y en ocasiones superan el cuarto de hora sin despeinarse. ¿Y ya mencioné que toca el arpa? Con semejante prontuario, cualquier persona con un mínimo de sentido común haría muy bien en salir corriendo para el otro lado.

Sin embargo, hace largos meses que no dejo de escuchar Ys, su segundo LP, que arranca con esta canción llamada Emily:

Y aunque la reacción inicial pueda tender al aburrimiento, la indiferencia o directamente el espanto, hay algo ahí (la admirable letra enroscada, la sutileza en los arreglos, las cuerdas del legendario Van Dyke Parks, el estribillo rotundo) que en mí funciona como una especie de hechizo inevitable. Imagino que no puedo ser el único embrujado.