Foto

De izquierda a derecha: La tía Neneca, que por aquellos tiempos ni siquiera estaba casada con Julio; Lalo, todavía de pantalones cortos, mirá vos; Doña Tita, pobrecita, ya bastante enferma pero siempre de buen humor; tu prima Juli, que ya de jovencita tenía esa altura impresionante; el Emperador Galáctico B'Narx Grolwëng IV, siempre con esas armaduras cromadas llenas de luces y el sable de plasma rojo, todo tan típico de él; tu padre, usando la misma corbata que cuando nos casamos; y yo, con ese peinado ridículo que todavía no me explico cómo se me ocurría salir así a la calle.

Que no se apague la música

Aquellos dos o tres valientes que últimamente hayan osado intentar entrar en lo que solía ser el Mezcladito Entintado (nuestra popular recopilación musical de recurrente actualización) habrán notado que no funcionaba. Parece ser que los muchachos de Muxtape, el servicio que usábamos para dicho rejunte sonoro, están con algunos problemas con la RIAA por un temita de derechos y decidieron apagar todo mientras sus abogados se ocupan del asunto.

Como no somos de amilanarlos ante este tipo de inconvenientes, escarbamos un poco y fuimos a dar con Opentape, una especie de clon open source de Muxtape que uno puede instalar alegremente en su propio servidor. Todavía está bastante verde y tiene varias arrugas por planchar, pero nos sirve perfectamente para salir del paso, por lo que nos orgullecemos en informarles que el Mezcladito Entintado está vivito y coleando, y podrán encontrarlo de ahora en adelante en amorentintado.com/opentape.

Por ahora seguimos con el mismo compilado que anunciamos hace un tiempito, pero prometemos que en unos días estaremos actualizando la cosa.

Urk

El urk es, sin duda, uno de los lenguajes más difíciles de dominar. Cuenta con 620 palabras, 619 de las cuales significan lo mismo: "mi alegre balcón enrejado". El vocablo restante (justamente, "urk") se utiliza para todo el resto de los posibles conceptos a ser comunicados, distinguiéndose su significado específico en cada situación en base a tono, pronunciación, volumen, contexto, posición de las manos, hora del día, humedad relativa ambiente, color de la ropa interior, cotización del dólar, nivel de colesterol y número exacto de personas llamadas Eduardo en un radio de diez cuadras.

Precisiones

Ahí se ve que ella sonríe, festejando el chiste, pero bien puede ser una mueca nerviosa causada por el horror. De fondo hay unos arbustos que se mecen con el viento, o quizás un grupo de espectadores con la cara tapada. Las sombras largas indican claramente que es bien tarde o bien temprano. Por los atuendos y otros detalles, estimamos que la escena ocurre en algún momento entre el siglo XVII y ayer mismo. Habrá que revisar la cinta un par de veces más para poder determinar si se trata de un corto documental danés o un fragmento de la filmación de una cámara de seguridad en el aeropuerto de Guayaquil. ¿Tenemos tiempo?

Dulce nostalgia

Simplemente unas líneas para avisar que Mezcladito Entintado (el compilado musical online que armamos hace un tiempo) acaba de ser actualizado para beneplácito de la humanidad toda.

El leit motif de este nueva recopilación podría definirse como "canciones que nos gustaban y quizás nos siguen gustando a mi hermano y a mí". Recordarán algunos de ustedes a Don Tomatito Henry Entintado Junior, notable músico con el cual comparto progenitores, sangre y apellido, y a quien ya presentamos varias veces en este rincón como miembro del legendario dúo Capo II y musicalizando algún clip familiar. Pues bien, allá por los años noventa, cuando quien esto escribe todavía moraba en el hogar materno, el susodicho y el antedicho solíamos pasar las tardes arrumbados en un acogedor altillo revestido en madera que me servía de habitación y estudio, enfrascados en largas sesiones musicales. Vivíamos con hambre constante de novedades y nos daba gran satisfacción descubrir algún tema que nos gustara a ambos, llegando a veces al extremo de sacarlo de oído y someterlo a desparejas reinterpretaciones a dúo (talentosas por su lado, insalvables por el mío).

Estas canciones sirven como ejemplo de tales descubrimientos, algo teñidas por las tendencias de la época y bastante tamizadas por el tiempo. Ojalá ustedes disfruten tanto como nosotros lo hacíamos en ese entonces.

Aclaración para los lectores del futuro: como el Mezcladito Entintado es una sección en constante renovación, es muy probable que esta explicación no se aplique en absoluto a lo que ustedes estén escuchando. Sépanlo. Y sepan también que es muy raro hablarles desde el pasado, a través de esta corneta intertemporal medio oxidada.

Lunardos

Pasamos las mañanas rebotando en las paredes por los pasillos de las barracas, jugando carreras en las que no está permitido pisar el suelo. El precio de flotar al nacer son los huesos frágiles, los pulmones que silban, estos bracitos contrahechos. Nuestros duraznos son grandes y jugosos pero tienen un irremediable gusto a polvo. En las noches de tierra llena, fijamos la vista en la esfera verdosa y soñamos con jugar un partido de fútbol decente.

Preferimos el término "selenitas". "Lunardos" suena tan despectivo.

Dame más, dame mucho más

Como para demostrar que nuestra promesa de no parar hasta terminar de arruinar la web va muy en serio y no se queda en huecas grandilocuencias, tenemos hoy el agrado de presentar a consideración del respetable público presente dos flamantes incorporaciones al Conglomerado Universal Entintado™ (nótese la expansión de nuestro menú de cabecera para acomodar tanta macana). A saber:

  • La primera novedad viene por el lado musical, como tantas cosas en nuestras vidas. Hace un tiempo nos enteramos de la existencia de un interesante servicio gratuito llamado Muxtape, el cual permite armar recopilaciones online de canciones de manera muy simple, al estilo de aquellos arduos trabajos artesanales que quienes tenemos ya varias décadas bajo la peluca solíamos realizar munidos de tocadiscos, minicomponentes doble cassettera y cajas enteras de cintas TDK vírgenes. Es así que pergeñamos el simpático Mezcladito Entintado, una catarata de placer sónico cuidadosamente armada según se nos cruzó por la cabeza en el momento. Que quede claro que este nuevo satélite no viene a reemplazar a nuestra tradicional sección Corcheas y fusas sino más bien a complementarla, y la idea es ir actualizando el compilado una vez por mes, si es que las circunstancias coyunturales lo permiten (aquellos obsesivos impacientes que quieran enterarse apenas se produzca algún cambio pueden elegir suscribirse a este cómodo feed RSS). La colección debut viene inspirada en la vida misma: arranca a puro optimismo desenfrenado, va diluyéndose en una tranquilidad contemplativa y desemboca en una angustia dulzona. Déjense llevar que la van a pasar bien.
  • El segundo chiringuito que inauguramos transita por carriles más ficticios. Resulta que existe una popular aplicación web llamada Twitter, que viene a ser algo así como un servicio en el que cualquiera puede ir anunciando al mundo sus andanzas cotidianas en base a pequeños mensajes con una extensión máxima 140 caracteres (en Wikipedia hay una explicación un poco más extendida, pero el concepto básico es ese). Como lo cierto es que nuestra vida es terriblemente monótona y no tiene demasiado sentido andar gritando a los cuatro vientos que salimos a comprar un cuarto kilo de pan o que nos estamos cortando las uñas de los pies, se nos ocurrió donarle nuestro espacio a un misterioso sujeto que, aparentemente, escribe desde prisión. No sabemos bien dónde está ni por qué está ahí, no sabemos si nos habla desde el pasado o desde el futuro, no sabemos quién lo encerró o si alguna vez saldrá. Pero la cosa es que este muchacho utiliza estas pequeñas cápsulas autocontenidas como una especie de diario desesperanzado que se actualiza varias veces al día y puede leerse en cualquier orden sin perderse uno demasiado. Desde acá brindamos porque pronto empiece a cambiar su suerte. Aquellas almas torturadas que se interesen en esta lúgubre historia pueden seguirla en http://twitter.com/entintado o a través de su correspondiente feed RSS. Ojo que la cosa puede ponerse atrapante.

Y así sigue su curso Amor Entintado, el blog que prueba de manera terminante aquello de abarcar mucho y apretar poco.

Delito ficticio

(Tragicomedia plagiada en un acto)

(Interior de la jefatura de policía de Villa Espuria. Tarde.)

Sargento Faloppa: ¡Inspector! ¡Inspector! Hemos recibido algunos reportes poco confiables acerca de la supuesta desaparición de una fotografía de la reproducción postiza de una vasija apócrifa del siglo IV A.C. perteneciente al imaginario pueblo de los Artificeos, la cual se exhibía hasta hoy en el Pseudomuseo de Villa Espuria.

Inspector Truccio: ¡Pronto! Pídale a nuestro artista que realice un boceto en base a los recuerdos naturalmente inexactos de los testigos, fotocópielo y luego envíelo via fax a todas las dependencias de la zona. Eso debería liberarnos de la posibilidad de seguir cualquier pista falsa.

(Piadoso telón de oropel)

Jugando con la tercera

El sol no para de brillar desde hace varios días. Las temperaturas son inusualmente templadas para esta época del año. Los árboles, descreídos de este otoño mentiroso, se resisten a perder las hojas. Todo es demasiado alegre. Claramente, se necesita algún golpe bajo que equilibre tanto bienestar.

Es por todo lo antepuesto que, con todo el desparpajo que nos caracteriza, hoy le revoleamos al mundo por la cabeza nuestra tercera recopilación de los puntos más bajos de este weblog, en cómodo formato de libro electrónico como para desparramar desatinos a diestra y siniestra. Cubrimos en esta ocasión los años 2006 y 2007, un período particularmente nefasto en la ya de por sí objetable vida de este pasquín online.

Hermanas y hermanos, con ustedes:

Click en la imagen para descargar el archivo (PDF, 78 páginas, 249Kb)

Como de costumbre, el libruzco se publica en formato Adobe Acrobat, el cual puede ser leído con el espantoso Acrobat Reader o con nuestra opción preferida por ligereza y facilidad de uso, el glorioso Foxit.

A prepararse para un crudísimo invierno, entonces.

Apostilla uno: En caso de que algunos de ustedes se hayan perdido las recopilaciones anteriormente publicadas (¡dichosos sean!), los invito a pasar por este viejo post para agenciarse el volumen dedicado al 2004 o por este otro post para hacerse del volumen dedicado al 2005.

Apostilla dos: Y ya que estamos con los avisos parroquiales, sigo insistiendo con la invitación para que pasen por Tintografías, pujante fotoblog que ya cuenta con más de 40 imágenes (¡hay una que está buena y todo!), y por Puchero de tinta, sospechoso repositorio de enlaces, videos y firuletes que ya rebasó las 10 páginas.

Una cosa es clara: no nos detendremos hasta terminar de arruinar la web.

Esto es sólo para decir

He vaciado
el dinero de la cuenta
que estaba
en el banco

y que
vos probablemente
estabas guardando
para tu operación

Disculpame
había tantos ceros
an redondos
y tan perfectos


Me he fugado
con la señorita
que estaba
en tu cama

y que
vos probablemente
estabas guardando
para casarte

Disculpame
estaba dormida
tan brillante
tan tibia


(Un par de parodias irreverentes del fantástico poema de no-disculpa This is just to say, de William Carlos Williams)

Canción del momento XVIII

Así, tan repentinamente como alguna vez desapareció, vuelve a estas páginas una de sus secciones más populares: la nunca olvidada Canción del momento. ¡A destapar esas botellas de Dom Perignon que tenían reservadas para esta ocasión, amigas y amigos!

Y para celebrar tan esperado retorno, nada mejor que hacerlo con un artista que es un favorito de la casa desde hace largo rato, pero que por una razón u otra todavía no había hecho su aparición en esta pantalla.

Flaco y a la vez panzón, algo zaparrastroso en el vestir, pelado, de profusa barba rojiza raramente retocada, Will Oldham parece ser la antítesis de la estrella de rock. De hecho, su tendencia a los seudónimos musicales (Palace Brothers, Palace Music, Palace, Bonnie "Prince" Billy y vaya uno a saber cuántos más) y a colaborar con otros músicos a diestra y siniestra parece indicar una sana renuncia al masaje de ego tan prototípico en el músico popular contemporáneo.

Pero a lo que el bueno de Will raramente renuncia es a la belleza en su música, como bien se puede apreciar en la canción Way, del disco Master and Everyone (2005):

ersonalmente, me da la sensación de que Oldham, con esa tendencia a subordinar la afinación al sentimiento, es un gran creador de climas. Un rotundo ejemplo es Strange form of life, de su disco del 2006 llamado The letting go. Yo sigo sosteniendo que si por alguna razón mi funeral es celebrado a la vera de alguna ruta desértica a la hora del ocaso, esta canción (a caballo de ese glorioso estribillo instrumental) resultaría la banda de sonido perfecta para el momento:

i canción favorita de este buen señor es, sin lugar a dudas, la fantástica I gave you, compuesta a dúo con Matt Sweeney e incluida en el disco Superwolf, del año 2005:

La letra es sencillamente devastadora (y el videoclip es aún mejor - en serio, no se lo pierdan). Que quede claro que la apurada y chapucera traducción que incluyo acá abajo no le hace ningún tipo de justicia.

Te dí un hijo y vos no lo quisiste
Es lo más que tengo para darte
Te di una casa y no la frecuentaste
Ahora dónde se supone que voy a vivir
Te dí un árbol y no lo abrazaste
Te dí una pesadilla y no la perseguiste
Te daría un sueño pero no harías otra cosa que despertarte
Ahora nunca voy a volver a dormir
Te daría un tesoro pero no harías otra cosa que robar de él
Mirá el agujero donde antes hubieron joyas
Nena, oh nena, por qué tenés que escaparte
De este amor que alguna vez llamamos amigo
Te di mi cuerpo y comiste hasta saciarte
Te di diez vidas y malgastaste veinte
Ahora estoy parado vacío, desamparado y desnudo
Sin una migaja más de mí para dar
Y vos, vos te desvaneciste en el aire
​Este aire en el que tengo que vivir
— I Gave You (Superwolf)

Y ahora es mi turno de desvanecerme en el aire en el que les toca vivir. Espero que lo hayan disfrutado.

 

Maremoto de novedades

Así como un cuerpo humano aparentemente sano puede estar gestando en su interior las semillas de una espantosa infección generalizada, aquí en Amor Entintado aprovechamos los períodos silenciosos para trabajar entre bambalinas y sorprender luego a propios y extraños con una serie de anuncios que, la verdad sea dicha, no son para tanto.

Vaya entonces la lista, en orden descendente de importancia:

  • Queda inaugurado en este sencillo acto un fotoblog que daremos en llamar Tintografías y que podrá ser fácilmente localizado en www.tintografias.com. Hace rato que tenía ganas de hacer un sitio dedicado a colgar algunas de las fotografías más o menos decentes que a veces se me da por sacar (siempre por puro azar, me temo), y al fin tuve en estos días un rato libre y puse manos a la obra. Usé para armarlo una muy linda herramienta open source llamada Pixelpost, altamente recomendable. Por ahora puse ahí una especie de retrospectiva de imágenes ya publicadas en algún momento aquí en Amor Entintado, pero la idea es empezar a poner fotos nuevas e inéditas (quizás mechándolas cada tanto con alguna cosa viejita que encuentre en el fondo del cajón). Si tienen ganas de suscribirse con su lector de feeds favorito, acá tienen un práctico feed RSS.
  • Nuestro entrañable cuartito del fondo, Puchero de tinta, tiene ahora también un flamante dominio propio: www.pucherodetinta.com. El dominio anterior (amorentintado.tumblr.com) debería redirigir automáticamente al nuevo, y quienes estén suscriptos al feed viejo tampoco deberían notar cambio alguno, pero les agradecería que me hagan saber si se encuentran con algún tipo de problema.
  • Por último (y esto no debería importarle a nadie más que a mí), hace un par de horas mudé todo Amor Entintado a un nuevo servidor, que supuestamente resultará más confiable y rápido que el anterior. Si notan alguna cosa rara o hay algo que no esté funcionando, por favor avísenme y pondré a mis legiones de programadores a trabajar en el problema al instante, quitándoles todo derecho a pan y agua hasta que lo solucionen o mueran en el intento.

Que sigan los éxitos, muchachada loca.

Haberlo sabido

Algunos optaron por dedicarse a la ingenería genética, otros se inclinaron por la epidemiología aplicada. Biólogos marinos, científicos nucleares, inseminadores artificiales, granjeros hidropónicos.

Al final, la clave para salvar a la humanidad era la especialización en lucha cuerpo a cuerpo con hormigas mutantes asesinas, pero a nadie se le ocurrió ocuparse del tema. Ahora es demasiado tarde.

Pabellón seis

A principios de la década del setenta, un alto directivo del Hospicio Santa Elvira (a quien el tiempo y un oportuno incendio de los archivos se ocuparon de borrar de la historia) tuvo la funesta idea de agregar un pabellón destinado exclusivamente a la implementación de un revolucionario tratamiento psiquiátrico. Eran tiempos en que el concepto conocido como "psicología inversa" alcanzaba una notable popularidad y este buen señor estimó que ese mismo principio podía aplicarse a un menjunje interdisciplinario de arquitectura y salud mental. Así fue que, con ayuda de una comisión de diseñadores algo pasados de ácido lisérgico y un catálogo de los trabajos de Escher, se abocó a la construcción de un monstruoso edificio atiborrado de espejos deformantes, escaleras que subían cuando parecían bajar, luces estroboscópicas multicolores, larguísimos pasillos que no llevaban a ninguna parte, habitaciones a las que se podía entrar pero de las cuales era imposible salir, y un sinnúmero de trucos alucinatorios de calaña semejante. La teoría, claro está, sostenía que el enfrentamiento entre una psiquis desequilibrada y un medio ambiente igualmente retorcido resultaría en una reversión milagrosa de los síntomas, y los pacientes podrían entonces ser dados de alta con una celeridad inaudita.

Lo cierto es que la efectividad del tratamiento jamás pudo comprobarse. A medida que se iban dando los últimos toques a la flamante edificación, muchos empleados abocados a la construcción comenzaron a perder la razón por tener que trabajar en semejante ambiente de pesadilla. De hecho, ya en el tramo final de la obra, un nutrido grupo de decoradores, pintores, albañiles y yeseros entró una mañana al pabellón para nunca más salir. Se organizaron algunos grupos de rescate, pero todos terminaron en desastre: los pocos afortunados que lograron retornar de las fauces del monstruoso edificio sufrieron secuelas emocionales irreversibles, y el resto se agregó a la lista de desaparecidos. Luego de perder más de un centenar de almas, se terminó por abandonar, con buen tino, la idea de utilizar el lugar.

El pabellón seis está hoy completamente clausurado, sus portones y ventanales tapiados con gruesos planchones de madera oscura. Nadie entró o salió del edificio en años. Pero cuentan los psiquiatras más veteranos del hospicio que si uno acerca el oído en las tardes tranquilas, las rendijas suelen dejar escapar una espantosa mezcla de carcajadas demenciales y alaridos de horror (se hace difícil distinguir cuál es cuál).

(Entregas anteriores en esta saga: ¡Salud!, Guardias)

Al fin llegaste

Al fin llegaste. Tardísimo, agotado, la corbata floja y los cordones desatados, una tos seca sacudiéndote la papada, los bolsillos repletos de migas y vacíos de monedas, perdida ya la capacidad de expresarte en forma coherente, apestando a azufre, sangre seca bajo las uñas, órdenes de captura libradas a tu nombre en catorce países, material de pesadilla de niños y adultos por igual, todo escamas y cuernos y dientes y el más abyecto espanto.

Pero al fin llegaste. Pasá, ponete cómodo.