Hay algo acerca de los covers (o reversiones, para los puristas del lenguaje) que resulta fascinante. Sospecho que tendrá algo que ver con el concepto que se tiene del artista, en donde la creatividad es, por su misma naturaleza, un proceso casi egoísta y cerrado. Entonces, que un músico decida interpretar la obra de un tercero se transforma en una suerte de homenaje y, a la vez, de señal de humildad; es como si implícitamente se aceptara que el otro puede ser tan bueno como uno o aún mejor. Esto vale para todos los covers pero quizás es más notorio en los casos en que el salto de estilo musical es radical: un músico folk reinterpretando una canción hardcore, por ejemplo, o un grupo de culto animándose a tocar el último hit de una flamante banda pop. Por supuesto, se excluyen aquellos casos en que el cover no es más que una burla encubierta, pero la verdad es que suelen ser bastante obvios.
No hubo un hilo conductor demasiado definido más allá del concepto "los primeros que me vinieron a la cabeza" al seleccionar los temas para nuestro nuevo Mezcladito Entintado, dedicado (como ustedes ya imaginarán) a los covers. Algunas de estas reversiones me gustan más que sus respectivos originales, otras entraron por lo radical de su reinterpetación, otras ni siquiera son consideradas como covers porque superaron ampliamente en popularidad al original, pero todas me parecen notables. De hecho, hasta se cuela por ahí la canción que, por alguna razón perdida en el tiempo, le da nombre a este mismísimo weblog. ¡Premio moral al primero que se avive!
Ojalá que este flamante rejunte les sirva como apropiada cortina musical para un plácido fin de año. Paz y amor para todos.