Música

Nomenclatura discográfica

Por lejos, el post más popular de la historia de Amor Entintado es aquel en el cual los ilustres comentaristas y un humilde servidor confeccionaron una lista de posibles nombres para bandas musicales. Día tras día, docenas de pujantes músicos caen por estas costas, claramente desorientados y confundidos, en busca del nombre perfecto para ese flamante grupo que sueñan con llevar al estrellato. Y quién les dice, quizás ya en algún lugar del mundo esté ofreciendo su primer recital una banda bautizada con alguna de aquellas gloriosas propuestas.

Por eso es que creo que nuestro aporte creativo no puede quedar solamente en eso. El nombre de un grupo es fundamental para sus aspiraciones de éxito, sí, pero igualmente importante es (creo yo) el nombre del primer disco. Ya pasaron las épocas en el que uno podía darse el lujo de ser vago y llamarlo como alguna de las canciones que contiene o (peor aún) no ponerle nombre y dejar que la gente se refiera a él por el color predominante en la tapa o algo por el estilo.

Por lo tanto, hago un llamado a la salvaje creatividad que sé que supura incontrolablemente de cada uno de los asiduos visitantes a este sitio y les propongo hacer una recopilación de posibles nombres para los álbumes debut de esos millares de pujantes artistas que, allá afuera, buscan llegar a semejante hito en sus carreras de la mejor manera posible.

Me permito arrancar entonces con algunas sugerencias de cosecha propia, y me comprometo solemnemente a ir actualizando esta lista en forma regular con todos los aportes (sin duda ampliamente superiores a los míos) que ustedes vayan dejando allí abajo, en la sección de comentarios. Aquí va, entonces, mi puntapié inicial:

  • Lo mejor está en el lado C
  • Repostería artesanal nigeriana
  • Descontrol remoto (ideal para banda punk infantil)
  • Al final era todo un sueño
  • Un par de temas zafan
  • Juan Manuel de Bossas (para un disco de ídems)
  • En Internet no se consigue
  • Setenta canciones y ningún sabor

El mundillo musical reclama nuestras musas, señoras y señores. No podemos hacer oídos sordos.

Actualización: Luego del breve descanso Pascual, y tal cual lo prometido, paso a listar (en dudoso orden alfabético) los aportes realizados por una sarta de delirantes enajenados nuestros fantásticos comentaristas. Realmente, no alcanzo a comprender cómo este tugurio piojoso puede atraer a semejante calidad de visitantes. No somos dignos.

  • Algo habremos hecho (por Nerón)
  • Anunciado en TV (por 26)
  • Armonía entintanda (por 26)
  • A solas con Coco Lobos (por Amperio)
  • Balaceras, baladas y otros desastres (por Leonardo)
  • Bananadana en Obras (recital conjunto de Bandana y César "Banana" Pueyrredón, por Cordín)
  • Big Bang Band Boom Blasters (por Baterflai)
  • Bossa/DC (por Paulo)
  • Bossamones (por Paulo)
  • Bossa'n'Sabbath (por Paulo)
  • Bossa'n'Yupanqui (por Paulo)
  • Branca Bossa'n'Snake (por Paulo)
  • Como panceta p'al guiso (por Zé Pequenho)
  • Con mi lengua en tus lágrimas (por Lucre)
  • Cromosoma 27 (por Sol)
  • De bondiola, por favor (por Amperio)
  • Debut y despedida (por Federico)
  • Die Bossa'n'Hossen (por Paulo)
  • DVnos (por Maun)
  • El último choripán (por Amperio)
  • Empezando a ver el fin (por Red River)
  • Empitrizame y te sacudo (por 26)
  • En directo suena mejor (por 26)
  • Exit-hitos (por Leonardo)
  • Gang bang blues (por Nerón)
  • Hit, hit… ¡hurra! (por Leonardo)
  • ¿Homo Sapiens? (por Maun)
  • Increíble lo que se puede hacer con tres acordes (por Leonardo)
  • Jugo de sardinas (por Amperio)
  • La chiva de Bracamonte (por Amperio)
  • Ladies and gentlemén, agarrensén (por Leonardo)
  • Ladran Sancho (por Maun)
  • La ensalada de mi vieja es más rica (por Nerón)
  • La reina del condado (por Sol)
  • Lo mejor que hizo la vieja es el pibe que maneja (por Zé Pequenho)
  • ¡Luche y vuelven! (por Cordín)
  • Mamá: lo logré, es mi disco (por 26)
  • Maqueta para buscar bolos (por Moonsa)
  • Más mejor que los Beatles (por Leonardo)
  • Me cansé de tocármela (por Santi Benítez)
  • Mousse y cal (por Leonardo)
  • No corran que es peor (por Zé Pequenho)
  • (Nombre de la banda) recital despedida (por Nerón)
  • No me toques ni me grites (por Baterflai)
  • Notame esta nota notable (por Leonardo)
  • Oídos sordos (por Maun)
  • Operá, prima (por Leonardo)
  • Papá no corras (por Amperio)
  • Preguntale a tu mamá (por Baterflai)
  • Queríamos tanto a Godínez (por Cordín)
  • ¿Quiénes somos? (por Sol)
  • ¡Recorchéalis! (por Baterflai)
  • Señorita, ¿qué le pasa? (por Sol)
  • ¡Serashijode! (por Eduardo1)
  • Si nadie se aviva, pasa (por Leonardo)
  • Sinfonía melosa para amantes ocasionales (por Zé Pequenho)
  • Sobre hierbas y humos: En vivo en Amsterdam (por Zé Pequenho)
  • Soltaron los gatos (por Sol)
  • Te quiero vida mía, te quiero noche y día, te quiero con pasión, porque te quiero, te quiero te quiero, te quiero te quiero, y hasta el fin… te querré (por Eduardo1)
  • The Very Best y lo único de momento de… (por 26)
  • Todos somos uno, ¿no cierto? (por Nerón)
  • Todus bonus trackus (por Leonardo)
  • Turgente vacuidad (por Amperio)
  • Un abrazo peronista (por Amperio)
  • Una noche en Conchilaló (por Zé Pequenho)
  • Ver, oir y callar (por Maun)
  • Villancicos y nanas (por 26)
  • ¿Yo, señor? No, señor (por Nerón)
  • Y uan, y chú, y uan, chú, trí, cuatro (por Leonardo)

Y a seguir participando, que el mundo está repleto de discos tristes esperando que un desconocido inspirado los saque de su anonimato.

Canción del momento XIV

A lo largo de los últimos meses, los rumores acerca de la suerte corrida por el célebre dúo sureño conocido como Capo II arreciaron el mundillo musical, alimentados por un ominoso silencio oficial de parte de los propios artistas. Se decía en los pasillos que Diego Martín Octavio De Los Santos Ulloa Bordenabe III (aristocrático vocalista encargado también de guitarras rítmicas, teclados, percusiones, armónicas y etcéteras) había decidido retornar a su castillo natal en la zona boscosa de la Baviera Hispánica y que estaba definitivamente abocado a la cría de langostas de riña. Algunos afirmaban en voz baja que la otra mitad del combo, Tomatito Henry Entintado Junior (hermano de sangre de quien suscribe, amén de guitarrista, bajista, baterista y vaya uno a saber qué otra ocupación misteriosa), estaba siendo buscado incansablemente por Interpol debido a su participación en el tráfico ilegal de pastillas de mentol extra-fuerte al Uruguay.

Sin embargo, una destemplada tarde de Marzo, sin ningún tipo de aviso previo ni fanfarria mediática, los muchachos de Capo II retornaron a la escena musical, para beneplácito de sus numerosos seguidores y aún más numerosos acreedores. Y lo hicieron trayendo bajo el brazo tres nuevas grabaciones, que (como es costumbre en ellos) abrevan en la rica tradición folk/rock de varias décadas atrás, imprimiéndoles sin embargo un toque personal absolutamente inconfundible.

En primer lugar tenemos la celebérrima atmósfera hippie de Teach your children, interpretada originalmente por el cuarteto de Crosby, Stills, Nash & Young en el mítico disco Déjà Vu (1970) y compuesta por uno de sus miembros, Graham Nash.

No menos famosa es la segunda canción que hoy nos presentan: Guitar man, quizás el mayor éxito de la carrera de Bread y lanzada en el año 1972 como parte del disco del mismo nombre.

El último de los tres temas que hoy ofrecemos (y el favorito personal de un servidor) es Lucky man, parte del disco debut homónimo (1970) de Emerson, Lake & Palmer.

A pesar de que se especulaba con que los integrantes de Capo II brindaran una multitudinaria conferencia de prensa con motivo de su reaparición, esto jamás ocurrió. Únicamente se ocuparon de hacer llegar a los medios especializados una escueta gacetilla que contiene una somera descripción de sus flamantes grabaciones y su habitual indicación de que "como siempre, estamos absolutamente disponibles para presentarnos en inauguraciones de estaciones de servicio, despedidas de solteros y bar mitzvahs".

Como se aprecia en la elección de sus canciones (claramente orientadas a sonar en todas las radios especializadas en hits del momento) y en las sutiles sugerencias que cuelan en su material de prensa, estos astutos artistas no perdieron durante su misterioso exilio el olfato comercial que siempre los caracterizó. ¡Brindemos por ello!

(Quienes quieran endulzar sus oídos con otras interpretaciones de estos talentosos sujetos, pueden pasar por este antiguo post).

Descartando el oropel

Agobiado por la morisqueta ensayada, el bombardeo mediático, la estructura monstruosa, la proclama bienintencionada y la sonrisa para la foto, uno llega a olvidarse de que una canción como Until the end of the world pueda ser tan retorcidamente enferma, tan cínica, tan oscura y tan, pero tan buena.

U2 en River Plate, 2 de Marzo de 2006

U2 en River Plate, 2 de Marzo de 2006

Pero después uno va y, por suerte, se acuerda.

Canción del momento XIII

Cuando uno se cruza con una canción interpretada por un artista o grupo que jamás escuchó antes, suele haber un pequeño detalle crucial que hace que la balanza del gusto personal se incline hacia el lado positivo (o no). Para algunos se tratará de un riff de guitarra, para otros será algún ritmo en particular, para otros la instrumentación o la voz. En mi caso personal, casi siempre el interés se me despierta por el lado de las letras. Una frase retorcida, una rima sorpresiva, y ya me tienen en el bolsillo.

Justamente eso fue lo que me ocurrió hace un tiempo con The mountain goats, el alter ego grupal de un tal John Darnielle. No busquen encontrar en este falso grupo (que ya lleva más de quince años de notablemente prolífica carrera) ningún tipo de virtuosismo musical ni mucho menos. De hecho, prácticamente todas sus canciones son fácilmente interpretables por cualquiera que conozca los acordes más básicos en una guitarra. Ojo, que no hay mal gusto y las breves intervenciones de otros instrumentos (un violín por acá, un piano por allá) subrayan de manera notable las melodías ultra-simples de este muchacho, pero lo cierto es que la música resulta poco más que un soporte agradable para las letras.

Ah, pero qué letras, señoras y señores. Son como pastillas de cianuro con forma de caramelo verde que uno traga con una sonrisa de oreja a oreja. Emocionan a punto de lágrima sin jamás caer en lo trillado. Se regodean en un absurdo que, en esos pequeños universos de tres minutos, resulta perfectamente lógico. Se disfrutan sin culpa, de a manojos, a lo bestia.

Sean tan amables de permitirme traerles tres muestras de esto que trato de expresarles (seleccionadas a duras penas entre cientos de joyas de un catálogo notablemente parejo).

En Song for Dennis Brown (del disco The sunset tree), Darnielle traza un extraño paralelo entre el fallecimiento por pneumotórax agravado de una estrella musical jamaiquina (nótese el guiño musical a la Redemption song de Marley) y su propia muerte futura, intercalando postales inconexas que parecen sacadas de la página de policiales de un diario y no hacen otra cosa que dejar bien claro que, a la larga, el mundo sigue su marcha. Acá va un intento de traducción de la primera estrofa:

El día en que el pulmón de Dennis Brown colapsó,
suave lluvia de primavera caía sobre Kingston.
Y allá por el puerto, policías locales interceptaban un cargamento entrante.
Y por un rato hubo caos mientras esposaban y golpeaban a unos marineros.
El día en que mi pulmón colapse, no va a ser muy diferente.

Una reinterpretación contemporánea y particularmente vengativa (contra todos y contra nadie) del mito de Rómulo y Remo, sin desdeñar la esperanza, es el tema subyacente en Up the wolves, del mismo disco que la canción anterior. Uno puede imaginar a Darnielle cantando estos versos finales con los dientes apretados, las venas del cuello hinchadas y los ojos fijos en la pared:

Voy a ponerme en forma para pelear, investigar cada ángulo de ventaja injusta.
Voy a sobornar a los oficiales, voy a matar a los jueces.
A ustedes les tomará años recuperarse de todo el daño.
Nuestra madre ha estado ausente desde que fundamos Roma,
pero va a haber una fiesta cuando el lobo vuelva a casa.

Si me permiten el exceso, quiero terminar con la transcripción completa de una canción que descubrí (¡cuándo no!) en casa de Monsieur Joey Comeau, y que determinó que The Mountain Goats pasaran a ocupar uno de los rincones más iluminados en mi desprolijo estante de favoritos. Se trata de un elogio desvergonzadamente entusiasta del desastre en todas sus formas y la belleza (no tan) oculta en lo peor de nosotros y de los otros. Con ustedes, desde el disco Tallahassee, No children:

Ojalá que los pocos amigos que nos quedan se den por vencidos al tratar de salvarnos.
Ojalá que podamos urdir un plan infalible para enojar a los pocos tontos que nos perdonaron.
Ojalá que los alambrados que arreglamos se derrumben bajo su propio peso.
Y ojalá que nos pasemos de la última salida, ojalá que ya sea demasiado tarde.
Y ojalá que el basural a unas cuadras de acá algún día se incendie,
y ojalá que el humo negro me lleve lejos y jamás vuelva a este pueblo en mi vida.
Ojalá que mienta y le diga a todos que fuiste una buena esposa.
Y ojalá que mueras. Ojalá que los dos muramos.
Ojalá que me corte al afeitarme mañana. Ojalá que sangre todo el día.
Nuestros amigos dicen que está más oscuro justo antes de que salga el sol;
estamos bastante seguros de que se equivocan.
Ojalá que esté oscuro por siempre. Ojalá que lo peor todavía no haya pasado.
Y ojalá que parpadees antes que yo. Ojalá que nunca me ponga sobrio.
Y ojalá que cuando pienses en mí, en unos años, no puedas encontrar ni una cosa buena para decir.
Y ojalá que si algún día encuentro las fuerzas para irme vos te mantengas bien lejos de mí.
Me estoy ahogando y no hay señales de tierra firme.
Vos te hundís conmigo, mano en mano sin amor.
Y ojalá que mueras. Ojalá que los dos muramos.

¿Acaso queda algo por decir? No creo.

Mejores dos segundos®: De Song for Dennis Brown, el riff ya mencionado, claro. Por el lado de Up the wolves, la forma en que advierte "I'm gonna kill all the judges!" es tremenda. Y, como a No children no la puedo elegir entera porque dura bastante más de dos segundos, me quedo con ese instante en que una segunda voz entra para la frase "in my life" en el primer estribillo. Sencillamente fantástico.

Canción del momento XII

Pocas cosas me causan mayor placer que encontrar nueva música. La sonrisa que se me dibuja en la cara mientras bamboleo la cabeza al son de unos acordes frescos es impagable. Por eso es siempre recomendable, al menos para mí, pegarme una vuelta por la casa de Don Burdon El Melómano o pasar por lo de Eduardo y revisar los listados diarios de discos que suenan entre sus paredes. Siempre hay joyas sonoras sueltas por ahí listas para ser descubiertas.

Mi hermano Tomatito Henry Entintado Junior, alias "El Tío Musical", es el responsable directo del descubrimiento de las melodías que hoy traemos a esta sección. Hace un tiempito me mandó un e-mail que decía, simplemente, "nuevo descubrimiento: I Am Kloot". Como confío ciegamente en su gusto, conseguí el álbum debut (llamado Natural History) de este trío oriundo de Manchester, el cual no dejó de sonar constantemente en la rotación Entintada desde ese entonces.

Como no podía decantarme por solamente una canción de este discazo, decidí ofrecerles dos muestras del talento de esta gente: Storm warning (la recomendación original de Don Tomatito) y Morning rain. Notarán ustedes una cierta tendencia tormentosa en las letras de ambos temas, que se me antoja bastante adecuada para los tiempos que corren, tan plagados de tifones y huracanes. Líneas que describen borracheras estoicas y traiciones ocultas, todas bien empapadas en la fría llovizna del norte de Inglaterra.

Un par de recortes chapuceramente traducidos por quien esto escribe, como para intentar transmitir la atmósfera gris que tiñe a ambas canciones:

Is there a storm coming or are we just another shower?
Is there a storm warning? Has someone just cut the power?
---
¿Viene una tormenta o somos sólo otro chaparrón?
¿Hay aviso de tormenta? ¿Acaba alguien de cortar la luz?

I’m the morning rain, it’s me again, I won’t go away.
I’m the morning rain, don’t you know my name? Don't you know my name?
---
Soy la lluvia mañanera, soy yo de vuelta, no me voy a ir.
Soy la lluvia mañanera, ¿no sabés mi nombre? ¿No sabés mi nombre?

A disfrutar, y ojo que se viene el agua. Cierren bien las ventanas.

Mejores dos segundos®: En Storm warning, el pequeño riff acústico inicial (sostén de todo el tema) es glorioso en su simpleza. Por el lado de Morning rain, me mata el redoble que hace "tactac" en vez de "tac" en ciertos compases. Sutileza pura.

Canción del momento XI

Decir que toco el piano sería un insulto totalmente descarado a la música como género en sí. Nunca tomé clases ni leí ningún tipo de libro al respecto, por lo que cultivo un particular estilo neanderthal que se basa en mis escasos conocimientos de teoría musical. Encima, tengo muy mala memoria para recordar los acordes de las canciones, aunque se trate de temas que me gusten muchísimo. Convengamos que el mundo del arte no se perdería absolutamente de nada si se me cayeran mañana mismo los dedos como hojas secas.

Cada vez que el destino tiene la mala idea de sentarme frente a un piano, la primer canción que me viene a la cabeza (y con la que insisto en torturar a quienes tengan la mala fortuna de estar cerca mío en ese momento) es Ain't no sunshine, un celebérrimo tema original de Bill Withers (verdadera leyenda del soul y el R&B) que fue interpretado y reinterpretado por innumerables artistas. Mi versión favorita personal es, por lejos, la que hizo Paul McCartney en el disco Unplugged (The official bootleg), y que hoy se me ocurre traer a este rincón musical. Curiosamente, en este tema McCartney toca la batería y delega la voz principal en el guitarrista (y en ocasiones bajista) de su banda de aquel entonces, el escocés Hamish Stuart.

La letra es simple y a la vez tremendamente genial. Mis tres versos favoritos:

Ain't no sunshine when she's gone
and this house just ain't no home
any time she goes away
---
No brilla el sol cuando ella no está
y esta casa simplemente no es un hogar
cada vez que ella se va

Que la disfruten.

Mejores dos segundos®: El "uh uh uh" en falsete antes de que arranque el solo de piano me pone la piel de gallina.

Canción del momento X

Leí en algún lado una entrevista a Tori Amos en la que decía que hubiera dado su brazo derecho por haber escrito A case of you, de Joni Mitchell. Mi talento musical es absolutamente nulo, por lo que probablemente tendría que sacrificar bastantes trozos más de mi cuerpo (la cabeza, las dos piernas, un pulmón, probablemente el hígado) por garabatear tan sólo una línea de esta canción.

Esta versión, en mi humilde opinión aún más disfrutable que la original, fue grabada en vivo como parte del disco Live in Paris, de Diana Krall. Resulta notable la manera en que se captura la atmósfera del escenario, más allá del cuchicheo y las toses del público: si uno escucha con atención, se llega a apreciar el sonido casi mudo de los percutores golpeando cada cuerda en las entrañas del piano y la ligera vibración del redoblante de una batería vacía, allá en el fondo. Pero quizás lo más notable es la fidelidad de la grabación de la voz, tan cristalina que uno puede adivinar el imperceptible chasquido de la lengua contra el paladar antes de entonar cada palabra.

Todas estas consideraciones técnicas, por supuesto, pasan a un remotísimo segundo plano en el preciso instante en que Diana Krall pone los dedos sobre el piano, susurra la primera frase y procede a destrozarte el alma.

Mejores dos segundos®: Difícil elegir, pero si me apuran me quedo con el fraseo de ese pedacito que dice:

I remember that time you told me, you said "Love is touching souls"
Surely you touched mine
'Cause part of you pours out of me
In these lines from time to time

Canción del momento IX

Hablé en algún momento de discos que brillan desde un primer instante y nunca se apagan. Otras veces, como me ocurrió con Sailing to Philadelphia de Mark Knopfler, un disco puede permanecer humildemente oculto fuera del radar por un largo tiempo hasta que un día se digna a cruzársenos por delante y darnos un buen golpe en la frente. Lo compré y no lo toqué más. Casi cinco años después, no puedo dejar de escucharlo. Y esta canción, Baloney Again, es una de las principales razones.

You don't strut around in these country towns
You best stay in the car
Look on ahead don't stare around
You best stay where you are
You're a long way from home, boy
Don't push your luck too far
Baloney again
---
No te pavonees en estos pueblos de campo
Mejor quedate en el coche
Mirá hacia delante, no mires a los lados
Mejor te quedás donde estás
Estás lejos de casa, chico
No fuerces tu suerte demasiado
ortadela de nuevo

Baloney quiere decir mortadela, sí, pero también se usa como una expresión despectiva cuando alguien habla pavadas (o chorradas, como dirían en la península ibérica).

We're a long way from home
Just let's pay the man and go
Baloney again
---
Estamos muy lejos de casa
Paguémosle al hombre y vámonos
Mortadela otra vez

Nunca fui un pastor negro predicando en el sur de Estados Unidos a principios del siglo pasado (o por lo menos eso creo), pero esta canción hace que me lo imagine perfectamente, completo con humedad pegajosa, grillos y miedo. Será por eso que me gusta tanto.

Go under the willow
Park her up beside the stream
Shoulders for pillows
Lay down your head and dream
---
Pasá por debajo del sauce
Estacioná junto al arroyo
Hombros por almohadas
Reposá tu cabeza y soñá

Mejores dos segundos®: El pequeño break después del segundo "lay down your head and dream", hasta que vuelve a entrar la batería. Sublime.

Canción del momento VIII

Nunca pude obligarme a creer en el destino, aún cuando a veces conviene que lo haga. Mi predominante costado racional me asegura que aunque el futuro esté escrito en algún lado, el simple hecho de que nadie pueda conocer de antemano estos designios hace que deban considerarse, para todos los fines prácticos, inexistentes. Pero hay ciertas cosas que a veces me hacen dudar.

She tied you to her kitchen chair
She broke your throne and she cut your hair
And from your lips she drew the hallelujah
...
Ella te ató a su silla de cocina
Rompió tu trono y cortó tu cabello
Y de tus labios arrancó un aleluya

Hallelujah fue (brillantemente) escrita y grabada por Leonard Cohen a mediados de la década del 80 como parte del álbum Various Positions. Casi diez años más tarde, Jeff Buckley se valía sólo de su guitarra para acompañarse en esta versión, que aparece como el sexto tema del fantástico disco Grace.

I've seen your flag on the marble arch
But love is not a victory march
It's a cold and it's a broken hallelujah
...
He visto tu bandera en el arco de mármol
Pero el amor no es una marcha de victoria
Es un frío y es un roto aleluya

Estoy convencido de que Leonard Cohen escribió la canción con el único propósito (involuntario) de que algún día Jeff Buckley la interprete. Es más, puedo asegurar que uno de los mayores justificativos para la brevísima vida de Jeff Buckley es el haber cantado Hallelujah. ¿Alguien se atreve a refutar esta teoría?

Well, maybe there's a god above
But all i've ever learned from love
Was how to shoot somebody who outdrew you
...
Bueno, quizás haya un Dios arriba
Pero lo único que he aprendido del amor
Fue cómo dispararle a alguien que desenfundó más rápido

Si el sonido de un alma al partirse pudiera hacerse canción, se parecería mucho, muchísimo a ésta.

NaNaNaNaNa

Pasamos hoy a disfrutar de la última entrada del recital exclusivo de Capo II, la banda estable de este bolichón infame (si todavía ven la canción anterior, basta con que presionen Control+F5 para refrescarle la fachada a la página).

Para cerrar su impecable actuación, estos simpáticos muchachones nos deleitan con un brioso tema de tarareado estribillo, tan pegadizo que dudo que nadie resista luego el deseo de canturrearlo al enjabonarse la espalda en la ducha.

Y recuerden, mis muy ilustres parroquianos: si quieren volver a masajearse los tímpanos con las cinco canciones anteriores, corran desesperadamente hasta el post de presentación original.

A ver esas palmas

Quinto capítulo en la saga de Capo II.

Desenchufan las guitarras, se ponen reflexivos y sostienen las vocales en armonía por varios segundos. Banda de sonido ideal para este otoño que nos empieza a morder los lóbulos.

Y ya me canso de repetirlo: el catálogo entero de canciones pasadas va acumulándose en el post de presentación original. Así que, por favor, dejen de preguntármelo.

Que no se apague este sonido

Mientras esperamos que las lides laborales nos den un pequeño respiro y vuelva la inspiración a estas páginas, sigue actualizándose el festival de Capo II en la Canción del momento.

Esta vez, algo más eléctrico y pesadito, en plan de protesta hippie (con casi 35 años de atraso, claro). Aprovechen para mover sus cabezotas al ritmo de las guitarras eléctricas, que ya retornará la tranquilidad acústica habitual de estos muchachos en las próximas entregas.

Termino recordando al estimado público que los temas anteriores seguirán acumulándose en el post de presentación original.

Canción del momento VII

Aprovechando que en este nuevo galpón tenemos espacio de sobra para desparramar nuestros chirimbolos a gusto, esta nueva edición de nuestra ya tradicional sección Canción del momento será múltiple y lujosa, desglosada a lo largo de varios días de puro placer sonoro.

El motivo de semejante derroche musical es que nos estaremos dedicando a la obra de un dúo del sur del Gran Buenos Aires que va a dar mucho que hablar en los más granados círculos melómanos, una vez que logren el inevitable éxito que les depara el futuro.

Se hacen llamar Capo II, en un pícaro juego de palabras entre el término guitarrístico y el hecho de que la banda cuenta con dos integrantes, como suele ocurrir en un dúo. Atentos a los modernos intereses de la muchachada de hoy y buscando hacerse un lugar en los top 40 de todas las FM de mayor audiencia, los integrantes de Capo II se inclinan por un estilo musical que hoy hace furor en todos los estratos sociales: el folk de fines de los '60 y principios de los '70. Inteligente movida de marketing, ¿verdad?

Integran este combo de puro talento don Diego Martín Octavio De Los Santos Ulloa Bordenabe III (en voces, guitarras rítmicas, teclados, armónica, percusión y ruidos varios) y Tomatito Henry Entintado Junior (en guitarra líder, bajo, batería y probablemente alguna otra cosa más que se nos escapa).

Una aclaración pertinente: el pequeño detalle de que uno de los integrantes de Capo II sea hermano de sangre de quien esto escribe (una asombrosa coincidencia) no ha influido en lo más mínimo en la selección de estos artistas para que engalanen esta página. Integridad ante todo, ése es nuestro lema. (Por contrataciones, comunicarse a esta dirección de correo electrónico)

Cada tres o cuatro días, entonces, ofreceremos a nuestra respetable audiencia un nuevo tema de estas luminarias de la escena musical local, tomados de su aún inconcluso Demo 2005, siendo grabado de a pedacitos a lo largo del año que corre. La lista de canciones, en el orden en el que se difundirán, es la siguiente:

Amigos, no queda más que recomendarles que preparen su trago favorito, suban el volumen, cierren los ojos y disfruten de estas soberbias melodías. Entintado las garantiza.

Mejores dos segundos®: ¿Cómo elegir?

Canción del momento VI

Don Fantasma, uno de los más fieles lectores de este espacio, propuso con buen tino hace un tiempito que, en honor a la vuelta del Clan Entintado a la pampa húmeda que lo vio nacer, se incluyera un tango en la ya tradicional sección "Canción del momento". Y como este blog se debe a sus lectores, les proponemos deleitarse los oídos con uno de los tangos favoritos de quien esto escribe: Afiches, con música de Atilio Stampone y letra del glorioso Homero Expósito, en la voz y los particulares fraseos de una leyenda tanguera, Roberto "El Polaco" Goyeneche.

No se puede comentar demasiado de esta joya. Como particularidad se puede observar que, por motivos de rima y estilo, Expósito no utiliza el tradicional "voseo" porteño, sino que opta por un más universal y delicado trato de "tú" para con esa amada perdida. A pesar de este detalle, el tango no deja de chorrear melancolía arrabalera por los cuatro costados y es prueba contundente de que es enteramente posible descollar en el dos por cuatro sin abusar del vocabulario lunfardo.

Mejores dos segundos®: La frase, mezcla de excusa y entendible justificación, con la que el cantor nos explica el motivo de todas sus acciones: "¡Fue culpa del amor!".

Canción del momento V

Afuera es de noche y llovizna con la misma perezosa intensidad desde hace quién sabe cuántos días. Terminás el trago, inclinando el vaso con la mano derecha mientras con la izquierda llamás al barman para que te sirva otra escasa medida del mismo whisky barato. Tirás la cabeza hacia atrás y cerrás los ojos, disfrutando del ardor que te incendia la garganta, y por primera vez algo te hace prestarle atención a la música que desgranan cuatro tipos desde una esquina oscura del salón. Hay un nosequé dolorosamente familiar en la calidez lustrosa del contrabajo, en la síncopa de ese piano de juguete, en las palabras que el cantante mastica con honestidad descuidada:

Cuántas putas han atravesado esa puerta, / yaciendo a mi lado y trepando a mi mente / y llevándome muy abajo, donde el calor / ampolla la piel de mis pies / y me hace extender las manos y sollozar / por aquellos días en que era puro de corazón / y dormía en paz.

Y en el preciso instante en que empieza ese solo de piano, te estalla el corazón en mil pedazos.


​Hay discos que se queman rápido, en una bengala de colores demasiado brillantes, y dejan un montoncito desabrido de cenizas que uno se apura a barrer bajo la alfombra. Otros, muy pocos, arden firmes y lentos, con la tibieza justa y una mecha eterna, y uno jamás respira demasiado cerca por miedo a apagarlos de un soplido traicionero. Dusk, editado hace ya más de once años por The The, es para mí uno de estos últimos. Y This Is The Night, la canción de hoy, es perfecta muestra de la hermosa melancolía que empapa este disco de punta a punta.

Mejores dos segundos®: Ver un poco más arriba, justo antes de la parte en que un corazón estalla.

Más nombres para bandas

Hace un tiempito, en un post en este mismo blog, surgió una pequeña lista de posibles nombres para grupos musicales. En los comentarios de esa entrada, los abnegados lectores hicieron luego varios interesantísimos aportes a este catálogo abierto, por supuesto muy superiores a los originalmente sugeridos.

Odiaría que estos fantásticos delirios se perdieran por estar en una zona no tan directamente accesible. Por lo tanto, y como el objetivo de este blog es el más puro servicio a la comunidad, me permito listar estos aportes (dando el debido crédito a sus respectivos autores) para que aquellos que caigan aquí buscando este tipo de cosas puedan deleitarse con estas creaciones, bauticen luego a sus bandas con alguna de ellas, y por último, cuando accedan a los millones y la decadencia del estrellato más indiscutido, sean denunciados por infracción a la ley de propiedad intelectual para sacarles unos pesos.

Nota aclaratoria: Sólo incluí aquellos nombres aportados que aparentemente jamás fueron utilizados para fines musicalmente nomenclatorios (si no es así, hagan el favor de avisarme, así no tenemos bandas repetidas desperdigadas por el mundo). Asimismo, si alguno de ustedes pasa a utilizar alguno de estos apelativos para su flamante combo musical, déjenmelo saber y pasaré a retirar esta opción del repertorio. Y, por supuesto, siéntanse libres de seguir aportando sugerencias, que serán en su momento agregadas a esta dinámica lista.

Que les aproveche.

  • 50 pal vino (por Federico)
  • Algo habrán hecho (por Leonardo)
  • Algo parecido (por Bater)
  • Cago'en... se fue la luz (por itn)
  • Churrasquitos (por Pipi)
  • Club y Mutual Amigos del Tango (por Sátiro)
  • Con los deditos no (por un servidor)
  • Corriéndose al interior que hay lugar (por Cordín)
  • Cualquiera menos usted (por Bater)
  • Deme todo esto en chicles coboy (por Manu)
  • Distintos pero no tanto (por Bater)
  • Eclectic organic chillout performance (por itn)
  • El bigote de Dalí (por Queen of Hearts)
  • Hijos no pródigos de Beethoven (por under)
  • Irresponsables inscriptos (por Bater)
  • Juira Peyo (por Manu)
  • ¡Largo de acá! (por La Cáustica Srta. Andrea K)
  • Lo hacemos por las minas (por Sátiro)
  • Lo que mata es la humedad (por V-Ro)
  • Los los y sus sus (por un servidor)
  • Los pollos de Juanca (por Marcela)
  • Los teloneros de los Rolling (por itn)
  • Malísimos (por Bater)
  • Mamá toma y me pega (por un servidor)
  • Más de lo mismo (por Bater)
  • Nadie te obliga a escuchar (por under)
  • Navarro con reas (por Bater)
  • Ni pizca dencanto (colaboración entre Grace y Cordín)
  • No es mía, oficial (por un servidor)
  • No tenemos bidet (por Sátiro)
  • No tocamos en garages (por itn)
  • ¡Patrañas! (por *_*)
  • Perfectura banal (por La Caústica Srta. Andrea K)
  • Por tocar que no sea (por Samuel)
  • Puro ruido (por under)
  • ¿Qué te puedo cobrar? (por Federico)
  • Rebeld's (por Mattie)
  • ¿Rojo o incoloro? (por Manu)
  • Se nos pasó el arroz (por Sátiro)
  • Sonamos mal (por under)
  • Tomate la vitamina (por Dagor)
  • Tu abuela (por Perra_Laika)
  • Un caso perdido (por Bater)
  • ¿Y a mí qué me dice? (por Federico)
  • Yo no pagaría la entrada (por under)

Canción del momento IV

Hoy traemos a este rincón a Mark Lanegan, con el tema One Way Street, del disco (discazo) Field Songs, del año 2001.

Breves instrucciones para escuchar esta canción:

  • En primer lugar, nacer en un pequeño pueblo de Arizona o Nevada, de no más de tres mil habitantes, rodeado de millas y millas del más árido desierto.
  • Acto seguido, crecer en un hogar humilde, criado a duras penas por una madre de huesos cansados y ojos sin brillo, que trabaja demasiado y fuma aún más.
  • Al poco tiempo de cumplir quince años, dejar los estudios y comenzar a trabajar el turno noche en la única estación de servicio del pueblo.
  • Perder poco a poco cualquier hilacha de esperanza de que algun día algo pueda llegar a mejorar.
  • Por último, manejar de madrugada por la ruta su Chevy destartalado, con las ventanillas bajas y la brisa fresca en la cara, únicamente acompañados por estos acordes, camino al funeral de ese padre al que sólo conocen por las ajadas fotografías que su madre aún guarda en esa caja de zapatos oculta en el fondo del ropero.

En su defecto, intentar lo siguiente:

  • Presionar play en el reproductor en esta página web y cerrar con fuerza los ojos, agradeciendo en silencio la suerte de no haber seguido al pie de la letra las instrucciones anteriores.

Mejores dos segundos®: La tensa pausa durante el estribillo antes de que Lanegan, en esa voz plena de tabaco y whiskey, nos rompa el corazón con su queja acerca de lo difícil que resulta cantar el sonido de una calle a contramano: And you can't get / Can't get it down without crying.

Popstars

Hará unos ocho o diez años, junto a mi gran amigo (y eventual testigo de casamiento) Germán conformamos un dúo musical que ofreció, si la memoria no me falla, la fantástica cantidad de dos (2) recitales. En ambas sublimes ocasiones, descerrajamos nuestra letal mezcla de clásicos de Nino Bravo, Oasis y Los Parchís ante una cautiva y, seamos sinceros, altamente intoxicada audiencia de amigos y conocidos durante sendas fiestas de cumpleaños.

Hasta donde yo sé esta sociedad musical jamás se disolvió formalmente, por lo que quizás el futuro nos depare aquel esperado concierto de reunión que le debemos a la comunidad artística toda. Desempolvaremos guitarras y teclados, repasaremos nuestras arrugadas partituras y demostraremos que, efectivamente, las fuerzas armadas deberían prohibir de una vez por todas que manipulemos cualquier tipo de instrumento musical.

Sin embargo, y a pesar de tanta ineptitud melódica, nuestro dúo tenía un nombre que aún hoy considero fantástico: "Claudia y las nenas". Germán, luego de presentarnos en escena, decía mientras me señalaba: —Por si se lo están preguntando, él no es Claudia y yo no soy las nenas.

La cuestión es que antes de elegir este nombre en particular barajamos varias otras opciones que terminaron quedando por el camino. Desde este desvencijado púlpito, en un intento de aporte a la comunidad, hoy ofrecemos públicamente esta lista de posibles nombres para bandas musicales, con la certeza de que quien tenga el poco tino de utilizar alguno de ellos seguramente hará un papel mucho más digno en la escena musical que el que jamás nosotros pudimos lograr.

Sin más rodeos, la lista:

  • Tachame La Doble
  • Los Dislxéicos
  • El Cosito Ése De Ahí
  • Bonanza y Los Ponderosos
  • A Veces Pasa
  • Recital Suspendido Por Lluvia
  • Planck y Sus Constantes
  • La Vincha Flúo de Guillermo
  • ¿Tenés Merthiolate?
  • Los Repuestos de Rivadavia
  • Mentira y Los Patas Cortas
  • Ponele Que Sí
  • Araujo Miente
  • Los Falsos Auténticos Decadentes
  • Calamarettis En La Rambla

Los ilustres visitantes, por supuesto, quedan cordialmente invitados a dejar sus aportes a esta lista en la sección de comentarios.