Desde hace ya dos semanas somos todo susurros y cosas suaves y suspiros y dedos minúsculos y sonrisas y cursilerías melosas impresentables y mucho, muchísimo sueño.
Y no te lo cambiaríamos por nada.
Desde hace ya dos semanas somos todo susurros y cosas suaves y suspiros y dedos minúsculos y sonrisas y cursilerías melosas impresentables y mucho, muchísimo sueño.
Y no te lo cambiaríamos por nada.
Es la pereza acalorada de las vacaciones de verano lo que hace que por acá las cosas estén aún más calladitas que de costumbre. Y tengo contundentes pruebas gráficas, eh.
Las revistas especializadas dicen que la verdadera movida del verano está en Puchero de tinta. Allá sí que las olas vienen revueltas.
Y si lo que buscan es calidad tumblera de verdad no dejen de visitar Vagoneta soy, flamante proyecto de doña Baterflai, gran amiga de la casa.
Y ahora que alguien me alcance el bronceador SPF 45, que me ampollo.
(Por si interesa, la exageradamente intensa manipulación de las fotos fue hecha siguiendo este tutorial de falso HDR encontrado por ahí)
Está fehacientemente comprobado que una de las mayores causas de ataques de pánico en niños de 2 a 4 años es tener demasiadas opciones a la hora de elegir por qué caramelo arrancar.
A veces, la única forma de disfrutar la primavera es en pleno movimiento, de a pedacitos, reflejada en un espejo retrovisor bastante sucio y a través de la fría lente de un teléfono celular. Así y todo, no me quejo, eh.
Existe un ventarrón tan fabuloso que ni siquiera el fuego, un villano vestido de Lycra o un minúsculo Hombre de Jengibre pueden resistir su fuerza devastadora.
Señores de UNICEF:
Si desean ponerse en contacto con nosotros para otorgarnos el premio "Padres del Año", saben dónde encontrarnos.
Saludamos muy atentamente,
Los Entintados
Como aquí nos enorgullecemos en sostener el concepto de que ser original no es nada como para andar enorgulleciéndose, alegremente nos unimos a los cientos de otros weblogs pampeanos que se ocuparon de engalanar sus páginas con imágenes de la nevada que nos sorprendió hace unos días. Y como además de trillados somos bastante lerdos, llegamos a la fiesta bien tarde pero con nuestra mejor cara de plácidos pánfilos.
A alguien se le ocurrió armar una hoguera en un rincón del estacionamiento, con la idea de usarla en defensa propia. Pero resulta que a los zombies no los asusta el fuego. Y a juzgar por el placer que rezuman sus ojos muertos, es muy probable que los cerebelos asados al limón sean un verdadero manjar.
En el simpático folleto que nos dieron al entrar a trabajar a la fábrica de fideos se olvidaron de mencionar algunos detalles, pequeños pero importantes: las uñas siempre amarillentas, los pulmones llenándose lenta e inexorablemente de harina, la imposibilidad de mantener una dieta baja en carbohidratos.
Ciertas crónicas del Nuevo Mundo dan cuenta de una dócil tribu que suele habitar las copas de los árboles que abundan en los márgenes del Río de la Plata, cuyos miembros lucen desmañadas cabelleras y sonrisas devastadoras, y a quienes sólo se suele avistar cuando el látigo inclemente del otoño despoja a sus enramados hogares de su verdor habitual.
Estas torpes pruebas fotográficas no hacen más que confirmar la veracidad de aquellos centenarios apuntes.
No hay mejor forma de retornar de un prolongado silencio blogueril que publicar una serie de imágenes confusas, desenfocadas y cuasi-abstractas.
Estas fotografías fueron tomadas por quien esto escribe en un moderno local nocturno de esta ciudad, durante una despedida de solteros llevada a cabo el fin de semana próximo pasado. Atento a la sensibilidad artística de la distinguida audiencia, decidí evitar cualquier tipo de imagen impúdica, lasciva o decadente (las cuales, me temo, conforman la mayoría de las capturadas aquella desaforada noche) y concentrarme en cambio en los caprichos luminosos del neón y el aluminio.
Confío en que ustedes sabrán apreciar mi delicada discreción.
Algunas postales indecentemente cercanas de una fresca mañanita de verano en el jardín de los Entintados.
El clan Entintado está disfrutando de unos días plenos de olas, viento, arena y zucundún, por lo que me temo que cualquier post generado en este período habrá de girar invariablemente alrededor de dicha temática y se inclinará mucho más por lo visual que por lo textual.
¿Alguien vio mis chancletas?
A fines del 2006, nuestra entrañable amiga Bater McFlai pergeñó el Proyecto Dos Mil Sietes, una gloriosa iniciativa grupal que busca mirar desde atrás el año que nos toca vivir.
Para dar un pantallazo de qué va la cosa (todos los detalles en profundidad pueden encontrarse aquí), mostramos a continuación nuestros primeros cuatro aportes a la causa:
Si nuestros inquietos lectores tienen ganas de ser parte de esta movida (que ya es furor en todo el mundo), pueden acercarse al blog oficial del Proyecto Dos Mil Sietes, el cual cuenta con un completo tutorial para sumarse a la catarata traserística.
Lo agarraron de atrás, lo agarraron de atrás...