Una de las personas que aparece cruzando la calle en la foto de acá arriba es muy parecida a mi tía abuela Chela. ¡Un premio inexistente para aquel abnegado lector que la logre identificar correctamente!
Esta acuática imagen nos permite observar dos hechos importantes:
- La industria del transporte fluvial alemán está atrasada en varios siglos, encontrándose recién en los albores de la era canoística.
- Necesito realizar una limpieza urgente de la lente de mi cámara.
Ese reloj está perfectamente en hora. ¡Oh, sorpresa!
Largas piernas, torneadas y lampiñas. Zapatillas impecablemente blancas. Una esponjosa muñequera en composé. Rubios mechones cuidadosamente despeinados. Labios apenas abiertos, en constante seducción. Una mirada soñadora que se pierde en el infinito.
Definitivamente, los diseñadores de vidrieras en Alemania tienen un concepto bastante particular del aguerrido y tosco futbolista argentino.