A principios de este año, que ya se nos está terminando de escurrir entre los dedos, instalé en el servidor de Amor Entintado un nuevo paquete de captura de estadísticas con características muy superiores a cualquier otro que hubiera probado hasta ese momento. Esta notable herramienta me permitió conocer muchísimo acerca de este humilde weblog y de los visitantes que han tomado la cuestionable costumbre de pasear por sus páginas.
A modo de resumen del 2006, entonces, es que aquí presento una selección de los detalles más curiosos y reveladores recopilados a lo largo de estos doce meses:
- Se publicaron 77 posts, sumando cerca de 40000 palabras. La palabra más utilizada, exceptuando artículos y pronombres, fue "zopenco".
- De los 1145 comentarios registrados en este período, un 86% fueron infinitamente más interesantes que el post al que respondieron (lo cual, me temo, no es gran mérito).
- Cerca del 97% de nuestros visitantes primerizos llegaron aquí desde Google o Yahoo buscando la peculiar frase "flagrantes adiposidades", la cual (curiosamente) jamás había aparecido en este sitio hasta el día de hoy.
- 9 de cada 10 visitantes poseen, poseyeron o poseerán pantuflas frizadas con estampado de tartán escocés.
- Todos los guarismos indican que este weblog, como ciertos programas de televisión, trae suerte (queda por definir si buena o mala, claro).
- Alrededor del 34% de los visitantes son de género masculino. Las representantes del género femenino suman alrededor del 42%.
- Existen pruebas innegables de que todos los que alguna vez comentaron en estas páginas inadvertidamente comparten con el autor un terrible, condenatorio e inevitable destino. Para cuando nos enteremos de qué se trata, ya será demasiado tarde.
Ahora que ya saben un poco más acerca de quien esto escribe y de ustedes mismos, es muy posible que reconsideren muy seriamente su intención de seguir siendo visitantes asiduos de este tugurio durante el nuevo año que se avecina. Créanme que no los culpo.
Pero sepan que acá siempre encontrarán tostadas recién hechas, algo fresco para tomar y una puerta desvencijada pero abierta de par en par.