Falleció anteanoche el célebre director televisivo Julio Eurípides Mastronardi, víctima de una prolongada batalla con una persistente neumonía, agravada por un machetazo en la nuca propinado por un acreedor algo vehemente.
Mastronardi hizo sus primeras armas en el medio televisivo como camarógrafo de "El Zucundún del Sábado" en el viejo Canal 2, y se lo considera como el inventor de la ahora clásica toma "trasero bamboleante de bailarina visto desde abajo". En meteórico ascenso, pasó en un corto tiempo a destacarse como director de diversos programas de TV por cable, tales como "El Show del Sindicato Metalúrgico" y "Cocinando con Yiya".
Buscando expandir sus horizontes, Mastronardi se radicó en Miami, coincidiendo con la explosión en popularidad de los infomerciales, novel encarnación del mercadeo televisivo que le permitió arribar a la cumbre de su arte. La crítica especializada considera de manera casi unánime a sus series "Thighmaster Plus" y "Aspiradora de mano Tiger Tornado" como obras seminales que inspiraron miles de imitaciones en materia de iluminación, edición, fotografía y dirección general. Fue Mastronardi quien introdujo de manera precursora varios de los elementos que hoy aceptamos naturalmente, tales como el falso público que se muestra maravillado ante cada demostración de las características del producto en cuestión (no importa cuán inútiles sean éstas) y los entusiasmadísimos testimonios "reales" de "verdaderos" usuarios.
Dueño de una fina sensibilidad artística, Mastronardi no cejó nunca en su búsqueda de la más pura poesía visual, a pesar del constrictivo medio en que se desempeñaba. Ya consagrado, su costado más experimental se manifestó en obras tales como el comercial de "Weightloss Lightning Ultra", de más de tres horas de duración, mudo (a excepción de una minimalista banda de sonido a cargo de Brian Eno) y filmado íntegramente en blanco y negro, con marcadas influencias de Buñuel, Dalí y Víctor Bo. Naturalmente, los elogios de la crítica contrastaron con el rotundo fracaso de los productos siendo publicitados, pero a esa altura de su carrera Mastronardi se encontraba más allá de cualquier tipo de condicionamiento comercial.
Durante su funeral, a modo de salvas de despedida, empleados de Sprayette cortaron por la mitad 21 zapatos con cuchillos Ginsu, sin que éstos perdieran un ápice de su filo.