La mayor parte de lo que escribí en mi vida adulta está en este sitio. Cada tanto se me da por repasarlo y, en general, casi nada me termina de gustar. Calculo que es una reacción lógica: ¿quién está conforme con lo que hizo hace diez, cinco o dos años? Calculo que la intención de mejorar no se agota nunca.
Más allá de flaquezas insalvables por el lado de ideas, técnica y talento, sufro una tendencia fatal a lo farragoso. Uso demasiadas palabras que, para peor, tampoco suelen ser las indicadas. Como dijo hace poco Nicolás Poulsen (y suscribo con entusiasmo), "escribir es darse cuenta de que va esa palabra y no otra". Quiero encarar el teclado de acá en más con esa filosofía en los dedos.
En el pasado, muy de vez en cuando y por casualidad, escribí algo que todavía hoy veo con buenos ojos. Me conformo con que esos aparentes aciertos se den más seguido. Y para darles oportunidad de aparecer, trataré de hacerme tiempo para escribir más.
Quizás alguna tarde, sin previo aviso, aparezca acá algo lindo.