Rimas

Que te llore Magoya

Camino laxo, igual de complacido
(no sé si la palabra es impertérrito).
Te olvidaste de llevarte tus vestidos
negros. Los rojos no están, obvio. Te has ido,
escribiría si usara el pretérito
perfecto y no el porteño. Poco mérito
tiene acá dar pena en rima; es remanido
llorar en tierras de tango y ejércitos
de tristes que buscan aplauso y éxito.
Yo esquivo la metáfora. Yo te olvido.

Soneto contra tiempo

Veinticuatro sanjuanes bajo el brazo
y sólo estos dos versos mal armados.
La rima todo estorba y ya cansado
masco adverbios y escupo los pedazos.

Tres años más, tres líneas en mil días,
y el mismo hastío tiñe cada trazo.
No son suaves caricias, son zarpazos,
reflejos de una musa muerta y fría.

El asco y la impaciencia se entreveran
con rictus de pavor en las miradas
de aquellos que estas letras resistieran.

Mas hoy bendigo aún tus carcajadas,
tus guiños y tu afán de primavera
que obligan a parir tanta pavada.

Guapo de Miami

Acá en este rioba hay bienudos sin grela
Y yo medio en bolas, sin fierro, varón
Tuve que largar el bufoso en Ezeiza
Y entrando la yuta me cacha el facón

Si calo el chambergo, me hirve el balero
Parao en la esquina con sol de neón
El jetra me pesa y los timbos, tan negros,
Se enchastran de arena y me como un garrón

La rubia que yira en aquel cabarulo
Se caga de risa de un pelpa de mil
Araca, papusa, enfilemos p'al bulo
En Flagler y Quince, junto al Burger King