No se me ocurre señal más placentera y brutal del avance irremediable del tiempo que ver crecer a los propios hijos.
Gonzalo, por ejemplo, luce ya tatuajes dignos del más tumbero de los alumnos de preescolar y sueña con ser el número cuatro titular de Club Atlético Fénix.
Y se comenta que Mateo está agenciándose un abogado para emanciparse de sus padres y salir a recorrer el mundo dedicándose únicamente al surf y la parranda, auspiciado por una bebida energizante.
(La foto de Gonzalo es una captura original de La Entintada, pero las de Mateo -junto con el resto de este photoset de Flickr- son obra del talentoso fotógrafo y surfer Rafa Martino)