Esta Tascam Portastudio (técnicamente, “Ministudio Porta 02”) está en mi escritorio y clasifica hace rato como reliquia. La compré en el año 2000, inspirado en los demos caseros de Mountain Goats o Elliott Smith, creyendo equivocadamente que herramienta equivale a talento.
Lo primero que grabé fue un cover de “Ain’t no sunshine” de Bill Withers, que se extravió junto a un puñado de otras grabaciones en la caja de cassettes de cinta de metal que usaba en ese primer intento de estudio casero. Mejor así, créanme.
Más allá de la cuota de nostalgia personal, es lindo tenerla ahí y mover cada tanto las perillas y los deslizantes, que mantienen la resistencia del primer día. Mención especial para el color: un azul acerado con detalles en naranja al que las fotos no le hacen justicia.
Creo que es mi adorno favorito.