A veces, el silencio precede al estallido. A veces, el silencio es un simple testigo de la nada más absoluta. A veces, ambas cosas son ciertas.
Desde hace unos días existe Puchero de Tinta, el cuartito del fondo de Amor Entintado. La idea es que este nuevo miniblog sea una especie de hermanito menor (o hijo bobo, si prefieren la confusión incestuosa) de nuestro ya longevo weblog, a donde vaya a parar todo tipo de firulete que no alcance el status (¿?) necesario (¡carcajadas irrefrenables!) para ser incluido en Amor Entintado: frases sueltas que jamás podrían transformarse en un post decente, links a tonterías que aparecen por ahí y por alguna razón me llaman la atención, fotos fuera de foco sacadas con el celular, citas descolgadas de libros o revistas, críticas espontáneas y otras cosas por el estilo.
Atento al descuido y la liviandad que el proyecto merece, Puchero de Tinta fue armado en menos de veinte minutos usando una maravillosa herramienta llamada Tumblr (la cual recomiendo ciegamente para este tipo de emprendimientos). No hay comentarios, categorías, secciones o ningún otro tipo de lujo cibernético, pero sí tienen a su disposición un hermoso feed RSS al que pueden suscribirse con su lector favorito, si así lo desean. Me regocijaría sobremanera tenerlos como asiduos visitantes al nuevo chiringuito (fíjense que ahí arriba, justo debajo del encabezado, tienen un práctico enlace para entrar cuando gusten).
Pero detengan la organización de los funerales y los subsiguientes festejos, que esto no significa de ninguna manera la muerte de Amor Entintado. La idea es que este vetusto rincón, a punto de cumplir cuatro años de penosa existencia, se contagie del ímpetu de su recién nacida microsucursal y enfrente los próximos meses con renovadas energías.
Eso sí, nada de esperar ningún tipo de calidad, eh. Tampoco la pavada.