Descubrí Ariel

El detergente para lavar la ropa Ariel tiene una nueva campaña en la que piden que los usuarios satisfechos relaten cómo conocieron el producto. Éste es el texto que acabo de enviarles:


Las cosas con Lucrecia se habían desgastado hasta un punto irrecuperable. El amor se nos había esfumado sin darnos cuenta, como una Polaroid vieja maltratada por el sol. Nos detestábamos, y a esa altura ni siquiera necesitábamos motivos concretos. Seguíamos juntos por una especie de inercia haragana que no hacía más que alimentar nuestro resentimiento.

No sé exactamente qué fue lo que hizo que todo estallara aquella noche. Quizás quemó la cena otra vez, o quizás me acusó de engañarla con la recepcionista de la empresa. No importa demasiado. Lo que sí recuerdo perfectamente es la pasmosa tranquilidad con que me levanté y saqué el cuchillo del segundo cajón. La mirada de Lucrecia, al principio casi divertida en su incredulidad, no se terminó de transformar en una mueca de horror hasta la quinta puñalada. Mientras hundía la hoja una y otra vez entre sus costillas, me sorprendió el gorjeo sordo de la sangre al escaparse rítmicamente por las heridas, como si un canario cantara bajo el agua. Cinco minutos o cinco horas después, se me agarrotaron los dedos de la mano y el dolor me obligó a parar.

Miré a mi alrededor, resoplando por el esfuerzo. No me importó demasiado el desparramo sanguinoliento en el piso de la cocina, pero la camisa que traía puesta era una de mis favoritas y no estaba dispuesto a darle a Lucrecia el placer de haberla arruinado. La puse en el lavarropas, agregando apenas un chorrito de Ariel Futur líquido. Ni siquiera me preocupé por restregar las manchas; sabía instintivamente que no sería necesario. Luego de un corto ciclo de secado y un planchado cuidadoso, la camisa estaba como nueva. Me la puse sin apuro, disfrutando de la increíble suavidad de la tela al deslizarse sobre mi piel y el delicado perfume que la impregnaba.

Sólo entonces, fresco y elegante, llamé a la policía y me senté en el balcón a esperar, fumando tranquilamente.


Estoy convencido de que en cualquier momento me llaman para incluir mi valioso testimonio en su nuevo spot televisivo.