Para un medio tan egocéntrico y ombliguista como un weblog personal (sobre todo el que aquí nos atañe), nada mejor que una bonita serie de autorretratos sin ningún tipo de mérito artístico.
En este primer ejemplar, todos quienes tengan el dudoso honor de conocerme estarán de acuerdo en que los ojos son lo único medianamente parecido a la realidad.