Chau

Sin el humo de tus rubios falta todo en el boliche:
los marfiles sobre el paño chocan tristes y sin ganas,
fuelles mudos juntan grela a la luz de la ventana
y se callan las veredas su porteño cocoliche.
Engrupiste un "hasta siempre" en tu "chau, hasta mañana".

Enclenques coplas dedicadas a E., bisabuelo, billarista y tanguero de alma que colgó los botines demasiado pronto.