Uno de los aspectos más atractivos del idioma inglés, en mi opinión, es la cantidad de palabras basadas en onomatopeyas: boom, splash, clap, whiz, crack, blast, zip, etc. Hay algo ingenuo y primario, casi infantil, que hace que estas palabras resulten simpáticas aún cuando se refieran a conceptos negativos, y estoy convencido de que el idioma castellano se beneficiaría enormemente incorporando vocablos similares.
Imaginen ustedes cuánto más digeribles resultarían titulares como estos en el diario matinal:
- La Bolsa de Valores cataplumeó ayer un 4,2%
- Jugador expulsado por propinarle un estup al juez de línea.
- Delincuentes y policías se bambanguearon en La Salada.
- Nuevas políticas sanitarias provocan un blerg generalizado en la ciudadanía.
Si las personas correctas escucharan mis ideas, grandes cosas ocurrirían.