Delito cítrico

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Un extraño evento con ribetes policiales, medicinales y hasta Hollywoodenses tuvo lugar en la pintoresca y habitualmente somnolienta localidad de Fort Drum, ubicada en la zona central de la península de La Florida. Cerca de las tres de la tarde, un conductor de camiones de carga que se identificó como Adolfo Quiñones se hizo presente en el destacamento que la Florida Highway Patrol (FHP) mantiene en el lugar y denunció la desaparición de su camión, cargado con un importante envío de naranjas recién cosechadas, como se puede apreciar en las fotos que acompañan el presente artículo. El vehículo había sido secuestrado aparentemente mientras el denunciante hacía uso de los servicios en una de las muchas paradas habilitadas para este fin junto a la ruta conocida como Florida Turnpike, la cual une varias ciudades de importancia a lo largo del estado.

Varios testigos en el lugar corroboraron el relato de Quiñones, describiendo la manera en que un individuo de aspecto algo extraño aprovechó la ausencia del conductor para, munido de un cuchillo de cocina, forzar la cerradura del rodado y darse a la fuga con toda su carga antes de que alguien pudiera hacer algo para evitarlo. De todas maneras, tan sólo un par de horas luego de transcurrido el hecho, la policía ya había logrado localizar y apresar al delincuente. El sheriff Drew Pinskey, a cargo del operativo, indicó (haciendo gala de notables conocimientos literarios) que "la investigación fue particularmente breve ya que, si se me permite parafrasear a la notable escritora argentina Elsa Bornemann, un camión de naranjas ocupa mucho espacio".

Las sorpresas continuarían cuando, luego de ser aprehendido, los oficiales identificaran al fascineroso como Valentine Kilmie, aparentemente un hijo no reconocido fruto de una relación pasajera entre dos famosas estrellas de Hollywood, Angelina Jolie y Val Kilmer. El muchacho, de apenas cinco años de edad, sufre de una extraña enfermedad por la cual su cuerpo se desarrolla alrededor de siete veces más rápido de lo habitual, dándole un aspecto maduro y adulto a pesar de su corta existencia. Según Kilmie, no pretendió hacer mal a nadie al llevarse el camión. "Es que me habían comentado de las propiedades antioxidantes de las naranjas, y pensé que semejante cantidad sería suficiente para retrasar un poco mi descontrolado envejecimiento", declaró. "Aparte, siempre ando medio engripado o con una molesta tos, y la vitamina C es muy buena para contrarrestar este tipo de síntomas". Además indicó que no pensaba utilizar el cuchillo que portaba para amenazar a nadie, sino que juzgó que sería útil para realizar pequeños agujeros en las frutas y así poder sorber su jugo de manera más simple, según la costumbre de los habitantes de Paraguay y sus naciones aledañas.

La fotografía que difundió el Departamento de Policía confirma a las claras el parecido de Kilmie con sus supuestos progenitores, además de los efectos inflamatorios en la zona labial del muchacho, fruto de las sesenta y cuatro naranjas que había logrado consumir antes de ser apresado por las autoridades:

Kilmie se encuentra en estos momentos esperando el momento de su juicio oral y público. Expertos juristas opinan que la pena a ser aplicada debería rondar los 6 meses de prisión, mientras que sus abogados defensores insisten en que "el período de encarcelamiento no puede pasar de dos meses, ya que para este pobre muchacho eso equivaldría a más de un año". Por otro lado, los intentos de este cronista de contactar a Jolie y Kilmer para constatar sus reacciones ante este peculiar hecho han sido rechazados de plano.

(La imagen de Kilmie es original de la sección "If they mated", del sitio del excelente programa de TV Late Night with Conan O'Brien)

(Las imágenes del camión de naranjas son un aporte desinteresado de La Entintada, soberbia belleza empanzonada de la zona)