Alberto, bufando, carga dos enormes fardos. Granos, hierbas, instrumental japonés; kilogramos liados malhumoradamente. ¡Nunca ñandúes! Ofuscado, patalea. Quiere renunciar. Sonrió trabajando, una vez: whisky, xilofones y zapatos.
Alberto, bufando, carga dos enormes fardos. Granos, hierbas, instrumental japonés; kilogramos liados malhumoradamente. ¡Nunca ñandúes! Ofuscado, patalea. Quiere renunciar. Sonrió trabajando, una vez: whisky, xilofones y zapatos.